LA HERENCIA DE LOS ROMANOS EN ESPAÑA
El periodo de ocupación de los romanos en territorio de la península ibérica se remonta al 218 a.C. como consecuencia de las guerras contra los cartagineses y de la alianza de Roma.
Esta conquista tuvo tres fases: conquista del sureste peninsular y valle del Ebro, conquista del centro peninsular y Baleares, y la conquista del norte. El nombre atribuido al nuevo territorio fue Hispania, que según algunas teorías significa: tierra de conejos, debido a la gran población de estos roedores que había en este lugar.
Su legado a través de la arquitectura, la comida y la lengua ha sobrevivido a lo largo de los siglos hasta formar parte de la riqueza histórica de la España actual.
Algunas maravillas arquitectónicas romanas de España son: el teatro romano de Mérida, en cuya instalaciones se celebra anualmente un festival de teatro clásico.
En esa misma ciudad se encuentran otras construcciones como: un anfiteatro, las ruinas de un acueducto, un puente romano, entre otras obras.
En la ciudad de Segovia se puede visitar el acueducto, construido para llevar el agua desde la sierra hasta la ciudad.
Andalucía también fue sede de algunas construcciones interesantes. Por ejemplo, en Sevilla se encuentran las ruinas romanas de Itálica, cuyas instalaciones sirvieron como escenario para el rodaje de una escena de la popular serie 'Juego de Tronos'.
En Córdoba, está el famoso puente romano, construido entre los siglos I a.C. y siglo I. Tiene una longitud de 331 metros y está compuesto por 16 arcos.
Mientras que en Málaga, se puede visitar el teatro romano, que data del siglo I a. C. Pero, no fue descubierto hasta 1951, hasta entonces había permanecido oculto durante siglos.
Otros Aportes
Dentro de los aportes culturales de los romanos están el latín, del cual derivan numerosas lenguas, entre ellas el castellano; técnicas de agricultura, como el uso del abono, el regadío, y la rotación de cultivos, nuevas técnicas de pesca, etc. Sin olvidarnos del derecho romano.
En la industria artesanal: incorporaron el uso del metal para la elaboración de atuendos de protección y armas, joyas, pieles y cerámicas.
En la industria alimentaria: la elaboración de vino, salazones, pan y aceites. Y en cuanto a lo religiosos, a partir del siglo I, d. C. se difundió el cristianismo por todo el imperio.